Tu espacio debería adaptarse a ti, no al revés
Una de las cosas que más he aprendido observando proyectos de diseño interior es que muchas personas intentan encajar en espacios que no fueron pensados para ellas. Usan muebles que no les quedan, distribuciones que no se adaptan a sus hábitos o estilos que no reflejan nada personal.
No soy diseñador, pero sí he visto cómo cambia la vida diaria de alguien cuando su espacio empieza a reflejar cómo vive, qué necesita y qué valora. A veces el cambio no es costoso ni radical, simplemente se trata de pensar diferente.
El diseño funcional no es lujo, es lógica
Un espacio personalizado no se trata de hacer algo extravagante. Se trata de crear soluciones reales para las personas que lo van a habitar. Una cocina donde cada cosa tiene su lugar. Un clóset que acomoda lo que realmente usas. Un escritorio que no te limite.
No hay nada más frustrante que vivir rodeado de cosas que estorban o no ayudan. Por eso, cuando un diseño se adapta a ti, se siente natural. No te impone, te acompaña.
Lo que es tuyo debe sentirse tuyo
No hay una fórmula exacta para cada espacio, y eso está bien. Cada persona tiene ritmos, hábitos y gustos distintos. Un buen diseño no los borra, los respeta. Y cuando eso pasa, el espacio deja de sentirse “decorado” y empieza a sentirse propio.
Conclusión
Si tienes la posibilidad de modificar, rediseñar o empezar de cero en algún espacio, piensa primero en ti. ¿Qué te hace sentir cómodo? ¿Qué te estorba? ¿Qué te hace falta?
Porque al final, un buen espacio no debería exigirte que te adaptes a él. Debería ayudarte a vivir mejor, tal y como eres.
✍️ Autor: Josthin Alejandro Ruiz Herrera
Sitio: concetto.mx
